Artemio Mortera Pérez (Mieres, 1943) es un reconocido investigador especializado en la Guerra Civil Española que es autor de más de un centenar de artículos en revistas especializadas y una abundante bibliografía que, sin desdeñar otros muchos apectos, tiene una especial dedicación al armamento y medios utilizados por ambos bandos en conflicto. Tarea apasionante por la enorme dificultad de hacer el seguimiento de la complicada trama de compras de armas en la que se vieron implicados multitud de agencias e intermediarios. La resolución de este "puzzle", al que ha dedicado largos años de trabajo en interminables investigaciones, se apoya no sólo en los más importantes archivos públicos y privados, sino en un continuo intercambio de información con los más diversos especialistas de todo el mundo. Además, su exhaustivo conocimiento de la mecánica de estos materiales hasta los más mínimos detalles le ha proporcionado una privilegiada perspectiva desde la que ha podido ahondar en aspectos apenas tratados por la historiografía. A sus muchas actividades, suma una activa y altruista defensa del rico patrimonio construido durante el conflicto, tanto desde la Asociación para la Recuperación de la Arquitectura Militar Asturiana (ARAMA 36/37), que preside, como a través de la colaboración con las más diversas instituciones implicadas en su conservación.
Artemio Mortera ha colaborado siempre con la Asociación Sancho de Beurko y conoce de primera mano el trabajo de Josu Aguirregabiria. A él se debe la visión global de una batalla que, siendo la primera y gran ofensiva del Ejército de la República, siempre fue tratada de forma local por la historiografía y cuando no ha sido ninguneada se ha circunscrito a lo vasco por diversos intereses que han echado más oscuridad, si cabe, a la causada por el paso del tiempo y la falta de investigación. Un mal que parecía endémico no hace tantos años, a pesar de la abundante y variada bibliografía. Sin la pretensión que tienen otros de romper mitos, este trabajo de intrahistoria de Josu Aguirregabiria encuentra en Mortera la comprensión de quien sabe bien cual es el precio -y el sacrificio en todos los sentidos- que hay que pagar por aportar a sus conciudadanos los materiales para arrojar definitiva luz sobre la batalla de Villarreal, pero dejemos que sea el propio Artemio quien nos lo cuente.
“LA BATALLA DE VILLARREAL. Ofensiva sobre Vitoria-Miranda de Ebro. Noviembre y diciembre de 1936.”
Josu M. Aguirregabiria Parras
El estudio realizado por Josu M. Aguirregabiria de la “batalla de Villarreal” lleva el número 9 de las monografías publicadas hasta ahora por la Asociación SANCHO DE BEURKO sobre la guerra civil en Euzkadi.
Los miembros de dicha Asociación –bien de forma individual, bien en colaboración (más frecuentemente)- vienen dedicando desde hace casi veinte años sus esfuerzos, sus conocimientos, sus afanes, su tiempo libre y, en la mayoría de las ocasiones, sus recursos económicos particulares –en definitiva, gran parte de su vida- al estudio de diferentes aspectos puntuales de la guerra civil en los frentes de Euzkadi y, consiguientemente, a su incardinación, repercusiones y condicionamientos con los hechos sucedidos en las restantes provincias –Santander y Asturias- que conformaban en dicha contienda el denominado Teatro de Operaciones del Norte. Tal esfuerzo, ha dado como fruto la publicación de una serie de monografías –magníficas, por el rigor y el ingente acopio de datos obtenidos de fuentes primarias- que han ido, si cabe, superándose a lo largo de su aparición en el tiempo.
Esta última –de momento-, número nueve, culmina merecidamente la dicha serie al sumar a la seriedad y profundidad que ha sido norma de todas ellas, la experiencia –tanto investigadora, como literaria- acumulado durante estos años de esfuerzo.
Josu ya había publicado en el año 2006, en colaboración con Guillermo Tabernilla, otra monografía de la serie -la Nº 3. “El Frente de Alava. De la sublevación militar a vísperas de la batalla de Villarreal”- que, como su título sugiere, constituía un antecedente o prólogo al estudio de la batalla que ahora se trata: la más importante -o, más precisamente la única- ofensiva emprendida por el Cuerpo de Ejército de Euzkadi. Así lo admite expresamente el autor en la introducción, al mismo tiempo que pide disculpas a los lectores interesados por el considerable retraso entre la aparición de la primera y segunda parte. ¡Bendito retraso!, digo yo, que ha sido empleado en realizar la exhaustiva investigación que se ha materializado en el espléndido libro de que tratamos.
Desmantela el autor documentalmente en el mismo la falsa dimensión de la “batalla de Villarreal” que no consistió, como se ha venido afirmando, en un combate por la conquista de dicha población, sino que formó parte de la mayor ofensiva llevada a efecto por cualquiera de los dos bandos enfrentados hasta la fecha –noviembre de 1936- en que tuvo lugar. Ofensiva con la que los tres Cuerpos de Ejército –vasco, santanderino y asturiano- pretendían, por una parte, tomar Oviedo, desbaratando el frente asturiano y, por otra, avanzar hasta Miranda de Ebro como paso previo para contactar con las fuerzas republicanas del frente de Aragón e, incluso, con las de Madrid, resolviendo la guerra definitivamente a su favor.
Estudia, asimismo, en profundidad los combates que tuvieron lugar por los pequeños pueblos y caseríos al Este y, sobre todo, Oeste de Villarreal –Zarimutz, Urrunaga, Nafarrate, Cestafe, Gopegui, Uzquiano…- cuya ocupación o defensa con éxito, como posiciones integrantes del frente alavés que eran, fueron determinantes en el resultado de la batalla y que habitualmente se soslayan en favor de la defensa de la propia Villarreal que, sin su resistencia, hubiera sido absolutamente imposible
Hace ya años, hablando con algunos de los miembros de la Asociación Sancho de Beurko, les transmití mi idea de que la historia militar de la guerra civil no estaría completa hasta que se escribiera a nivel de batallón; algo que parece haber creado escuela al llegar a convertirse en la meta propuesta para la realización de sus estudios y publicaciones. En esta novena monografía, Josu no sólo la ha alcanzado sino que, sobrepasándola, ha llevado su relato a nivel de compañía e, incluso, de sección; al menos, en lo que la Ejército nacional se refiere, pues tales eran las unidades con las que éste se vio obligado, por la escasez de fuerzas, a encarar la batalla. No así el republicano, en el que el batallón fue la unidad habitual en la que basó su maniobra. El carácter monográfico de esta obra le ha permitido alcanzar estos límites, ya que el escribir una historia militar de la guerra civil sobre la base de reconstruir el rompecabezas de las historias de sus batallones, escuadrones, baterías, servicios, etc. resultaría una labor ingente, imposible para un solo autor, por lo que creo que el delimitar los hechos tratados en el tiempo y el espacio -en esta ocasión; en otras, cabe hacerlo en relación a un determinado aspecto-, es la forma correcta de poder trasladar al lector una serie de datos contrastados y ordenados que le permitan hacerse idea de lo sucedido y formar un juicio basado en los hechos sin verse influenciado por opiniones ajenas.
La citada delimitación de la historia a un espacio geográfico, normalmente, como en este caso, muy próximo al autor, le deja en unas condiciones ideales, pues el conocimiento del carácter de la población –en su gran parte, protagonista-, la posibilidad de conocer el terreno in situ, el aplomo para el manejo de la toponimia… le confieren unas ventajas muy grandes sobre quienes historian desde la lejanía territorial: ¡Bastante complicado es ya el escribir sobre unos hechos distanciados en el tiempo! Por ello creo que este libro cumple admirablemente el objetivo de conformar, junto con otros trabajos monográficos en la misma línea, que se van publicando en diferentes regiones, el mosaico de la historia de nuestra guerra civil de 1936/39.
Por otra parte, el haber utilizado numerosos testimonios de protagonistas, tras ser rigurosamente analizados, ha contribuido a humanizar un tanto la obra, superando lo que hubiera podido quedarse en un simple informe militar. Abonan asimismo esta faceta las notas biográficas de muchos de los personajes citados, aunque forzosamente breves, muy interesantes para situar al lector. En este aspecto, no es menos importante la monumental relación de muertos republicanos y muertos y heridos nacionales con que se cierra el libro que, si bien inevitablemente incompleta, nos da buena muestra de aquellos participantes en los hechos historiados -con nombres, apellidos y circunstancias personales- que sacrificaron su existencia en el altar de sus ideales.
Claro está que para llegar a estos niveles ha tenido el autor que dedicar a esta obra varios años de su vida, algo a lo que pocos historiadores de la guerra civil, más partidarios del “cortar y pegar”, parecen estar dispuestos. El fruto, perfectamente acabado, de tal esfuerzo, nunca compensado por las condiciones económicas, sólo ha llegado a quedar a nuestra disposición -a la de aquellos que estamos interesados en este tema- merced a la pasión por la historia del autor, con quien pienso que sus lectores quedamos así en deuda.