La Asociación Sancho de Beurko, asociación para el estudio de la Guerra Civil en Euskadi nació en 1998 bajo la presidencia de honor de quien fuera capitán y comisario del batallón MAI Irrintzi, y más tarde de la XIV Brigada, José Ramón Olazabal Aguinagalde, siendo sus dos objetivos fundacionales:
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Recuperar para conocimiento de las generaciones venideras toda la información sobre el Ejército de Euzkadi (1936-1937), sin afán político ni revanchista con el único fin de dejar constancia de la historia de unos hombres que, independientemente de la organización política o sindical en la que militaran, son patrimonio de nuestro pueblo.
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Recuperar toda la información posible sobre las unidades del Bando Nacional, incluyendo alemanes e italianos, que hayan intervenido en combates en los frentes de Euzkadi durante la pasada Guerra Civil.
La asociación lleva el nombre de Luis Ruiz de Aguirre “Sancho de Beurko”, comisario general del Ejército de Euzkadi, escritor y poeta baracaldés, autor de una interesante obra y, sobre todo, albacea de la memoria de aquellos vascos que perdieron la guerra, haciendo acopio de un excepcional fondo que comenzó en los años 60 siguiendo instrucciones del Gobierno Vasco en el exilio y al que dedicó toda su vida. Dicho fondo, repartido entre la UPV y el Archivo Histórico de Euskadi, es su mayor aportación a la historiografía vasca. Luis Ruiz de Aguirre y Ramón Olazabal formaron un tándem único e inseparable que permitió el nacimiento de muchas vocaciones de historiadores, facilitando el paso de buena parte de la documentación del exilio entre finales de los 70 y principios de los 80, que fue entregada, entre otros destinatarios, a la Consejería de Cultura. La Asociación Sancho de Beurko recogió este legado de la familia del propio Luis y colaboró, al igual que él, con las instituciones vascas ya citadas, comenzando a su vez una labor de investigación que ha fructificado en la colección de monografías sobre la Guerra Civil en Euskadi que ya va por su novena obra. Entre los numerosos hitos de la Asociación Sancho de Beurko –que combina una labor de investigación con otra divulgativa y social-, se encuentra la formación de su grupo de Recreación Histórica (2006), que ha participado en el rodaje de 10 audiovisuales, incluyendo cortometrajes, documentales y largometrajes, además de en actos protocolarios, tanto en Euskadi como en Francia.
La Asociación Sancho de Beurko promovió el primer inventario de fortificaciones de Guerra Civil que se hizo en Euskadi, realizando desde 2008 para la Dirección de Patrimonio del Gobierno Vasco el catálogo del “Cinturón de Hierro”, labor que aun continua hoy en día, además de defender la colaboración con todos los agentes implicados en la puesta en valor de este patrimonio construido: asociaciones, municipios, etc. Fruto de todas estas sinergias y colaboraciones es el nacimiento de este embrión de espacio histórico, el Centro de Interpretación del “Cinturón de Hierro (2012) -el primero de sus características en toda Bizkaia- y la futura adopción de medidas concretas para su conservación, promoción y conocimiento. Esto último se manifiesta en conferencias, exposiciones, visitas guiadas y artículos en prensa y revistas especializadas, lo que también incluye a todos los aspectos de la Guerra Civil en Euskadi: militares, políticos y sociales. También se ha colaborado con numerosos autores y obras de referencia.
Siguiendo la estela de Luis Ruiz de Aguirre y de otros, como Blasco de Olaetxea, la Asociación Sancho de Beurko ha realizado desde su nacimiento una intensa búsqueda de fuentes orales en una labor puerta a puerta que ha permitido interpretar y humanizar los documentos de los diferentes archivos. Un concepto de Historia Oral que sienta su precedente en aquel ciclo de mesas abiertas –en el que llegó a participar el propio Luis- organizado por Eusko ikaskuntza en 1984 que llevó por título “Protagonistas de la historia vasca: 1923-1950”. De ello se han beneficiado monografías como “Saibigain, el monte de la Sangre”, “El frente de Álava”, “La batalla de Villarreal”, etc. Esta búsqueda de testimonios, arriesgada pero gratificante, nunca pretendió sustituir a la falta de documentación, sino complementar a la ya existente para interpretarla con espíritu crítico, como recuerda André Corvisier
“El historiador no debe confundir sinceridad y exactitud, como tampoco exactitud y precisión. Igualmente debe distinguir entre testimonios voluntarios y testimonios involuntarios. Estos últimos son generalmente los más sinceros, sino los más exactos”.
Esta interrelación de la Asociación Sancho de Beurko con la sociedad a la que sirve ha permitido atender numerosas peticiones de información durante todos estos años, por ejemplo orientando a familiares de desaparecidos o resolviendo todo tipo de dudas sobre aquellos acontecimientos históricos de 1936-1937, y cuando esto no ha sido posible se ha procurado facilitar el contacto con diversos especialistas.