Por Josu M. Aguirregabiria y José Ángel Brena
El pasado mes de marzo recibimos de parte de los miembros de la sociedad gastronómica “Errementari” de Legutio la petición de acompañarlos en una ruta guiada que integrara la visita de los nidos de ametralladoras de la que fue durante el invierno de 1936 a 1937 denominada como posición “Mateos”(1); también conocidos por los milicianos vascos que los ocuparon como “Blocao nº1” y “Blocao nº2”, que se encuentran localizados en el término topográfico de Ketura (Zigoitia) y limítrofe con terrenos del municipio de Legutio en las cercanías de Ollerías. Esta visita, que estaba programada para el día 14 de abril, finalmente tuvo que suspenderse debido a la mala climatología, posponiéndose para el mes de junio. Dichos “blocaos” siempre se han conocido popularmente como los “nidos” o “búnkeres de Ollerías” o “el Parapeto”. Generalmente, para la denominación de las posiciones defensivas del Ejército Vasco se empleaba la toponimia de la zona donde se emplazaban. Sin embargo, en este caso la de “Mateos” fue designada en referencia al batallón nº9 UGT nº1 “Fulgencio Mateos”, cuyos integrantes intervinieron entre Ubidea, Ollerías, Elosu y Nafarrate desde el inicio de la Guerra Civil(2). Tanto estos nidos, que fueron ocupados cierto tiempo, como varios de los que hemos estudiado durante el inventario del “Cinturón de Hierro” para la Dirección de Patrimonio(3), que lo fueron poco o nada, presentan inscripciones realizadas sobre el soporte del hormigón con el que fueron construidos, algo, por otra parte, muy habitual en este tipo de fortificaciones de la Guerra Civil Española. Siendo esta cuestión de los grafitis materia de estudio desde una época muy reciente(4), hemos pretendido aportar con el siguiente trabajo unos novedosos datos que se basan en una completa revisión de las fuentes primarias con las que hemos trabajado durante años en diferentes fondos relacionados con el estudio de este frente –algo en lo que la Asociación Sancho de Beurko ha sido pionera(5)–, en el trabajo de campo y, sobre todo, en la muy meritoria investigación de Andima Lopez de Larruzea, que ha permitido identificar a nueve milicianos del batallón UGT nº5 “Madrid”. Es precisamente esta última, que redunda en una historia familiar con la que nos sentimos tan comprometidos en nuestros proyectos de memoria(6), la que nos ha causado más satisfacciones. Este deber para con la memoria y la cercanía al emplazamiento de estos fortines, nos ha llevado a aprovechar estas líneas para situar de manera precisa por primera vez el lugar en el que fueron ejecutados por el batallón Perezagua 17 agricultores del cercano pueblo de Elosu. Para atenernos a la documentación consultada, haremos uso de la grafía de la época y la completaremos con la actual en euskera.

Vista de los dos nidos desde la pista que se debe tomar tras abandonar la N-240 y desviarse por la A-3608 en dirección a Etxaguen (Sancho de Beurko Elkartea).

Situación de los “Blocaos nº1 y nº2”. En las cercanías hay un tramo de la antigua N-240 que se puede usar como estacionamiento de vehículos (P). Al inicio de la pista, en la zona de la derecha y señalizado por un punto rojo, se encuentra el lugar donde en las primeras horas del 21 de octubre de 1936 milicianos del Perezagua asesinaron y enterraron a 17 vecinos de Elosu (Geoeuskadi, 2016).
Cronológicamente, fue en el verano del año 2012 la última vez que visitamos estos nidos de ametralladoras para fotografiarlos, pero se encontraban prácticamente cubiertos por la vegetación, aunque no tanto como lo estaban en 1999, que apenas eran visibles al estar ocultos en su totalidad. En la actualidad, al encontrarse limpios y desbrozados, han quedado al descubierto las inscripciones a las que hacíamos referencia, que fueron realizadas en el cemento durante su construcción, en las que figuran los nombres de los combatientes que ocupaban estas posiciones; una cuestión por la que últimamente nos han estado consultando personas de la zona, interesadas también por su extraordinario buen estado de conservación. Por todo ello, queremos aportar luz a todos estos interrogantes, además de una descripción técnica de estos dos fortines, en un momento en el que nos encontramos trabajando en el estudio de la línea estabilizada del frente alavés con el objeto de la preparación del próximo número de nuestra revista digital “Saibigain”, que será un monográfico centrado en su ruptura durante la ofensiva franquista del 31 de marzo de 1937; unas operaciones en las que los nidos de Ollerías no tuvieron ningún protagonismo.

Vista del “Blocao nº1” en 2012 (Sancho de Beurko Elkartea).

Vista del “Blocao nº 2” con parte de la cubierta destruida en la posguerra para extraer el hierro de sus armaduras (Sancho de Beurko Elkartea).

Vista del “Blocao nº1” en la actualidad con la cubierta y entrada totalmente despejadas de maleza; véase como la obra no presenta ni un solo impacto de artillería pero si ha sido tanteada por punterolas para ver su dureza de cara a extraer el hierro de sus armaduras, aunque finalmente se desistió de ello (Sancho de Beurko Elkartea).


Vistas de la Cubierta del “Blocao nº1” en las que pueden apreciarse los grafitis, formados por nombres, apellidos, la hoz y el martillo del Partido Comunista y referencias a la 4ª Compañía del batallón “Madrid” como una M dentro de un circulo (Sancho de Beurko Elkartea).
En cuanto a su tipología, se trata de dos asentamientos para ametralladora de idénticas características, aunque uno de ellos ha perdido parte de su cubierta durante la postguerra al intentar retirar las armaduras de hierro de su interior. Son dos construcciones semienterradas de planta cuadrada, cuyos alzados se resuelven en sendos accesos laterales, presentando ambas construcciones en su frente una tronera para ametralladora o fusil ametrallador y dos aspilleras, a ambos lados de la tronera, para fuego de apoyo de fusil. La cubierta se encuentra ligeramente inclinada hacia el frente para evitar la acumulación de agua y que, al caer por su frente, pueda deslizarse ladera abajo. Para dar mayor resistencia a la cubierta se ha construido una viga que cruza horizontalmente el interior del asentamiento por su parte central, reforzando de esta manera el blindaje que proporciona el grosor de la cubierta y las armaduras del interior del hormigón. Estas cubiertas están reforzadas interiormente por una armadura de varillas de hierro de diferentes grosores. Esta armadura se encuentra unida a su vez a las varillas, e incluso piquetas de alambradas, que se encuentran en los muros perimetrales de la construcción, dotándole de una mayor consistencia al conjunto. Los accesos se realizan a través de dos puertas laterales, cercanas al frente del asentamiento.
Las inscripciones fueron realizadas por los milicianos vascos que ocupaban este sector del frente mientras el hormigón estaba aún fresco. También es de reseñar que en el asentamiento izquierdo, según se mira a ambos desde su frente, por debajo de la tronera y las aspilleras, se pueden observar las improntas dejadas en el hormigón fresco por los sacos terreros de tela de arpillera colocados como refuerzo. Esto denota la premura con la que se construyeron, puesto que no se dejó fraguar completamente el hormigón y se retiraron los encofrados demasiado pronto, dejándolo al descubierto aún fresco, por lo que quedó marcada la tela de arpillera y la forma de los sacos. Estos dos asentamientos se encontraban unidos por una trinchera (que con toda probabilidad era previa a su construcción, aprovechándose la zanja para colocar los revestimientos y levantar la estructura, lo que permitiría trabajar a cubierto) de forma un tanto cuadrangular, que a su vez los unía con el sistema de atrincheramientos que se desplegaba a su retaguardia y que incluía al muro de hormigón aspillerado de la carretera Villarreal–Ubidea, que cortaba dicha carretera(7). En la época, muchas de estas construcciones al tener más de un punto a través del cual poder abrir fuego, se solían también denominar “blocao” o “blocaos”, ello permitía, añadido a los fusileros situados en las trincheras adyacentes, concentrar mayor intensidad de fuego en la dirección que el enemigo utilizase en su avance(8). Esta denominación proviene del alemán “blockhaus” y con el paso del tiempo se castellanizó a “blocao”, y tuvo su origen un tipo de fortificaciones construidas en madera, chapas y sacos terreros que fueron profusamente utilizadas sobre todo en las guerras que el Ejército Español llevó a cabo en África. La última campaña se había llevado a cabo en los primeros años veinte del pasado siglo, con lo cual muchos de los que ahora se enfrentaban en la Guerra Civil habían tenido experiencias bélicas previas en África, y esta es la causa de que los milicianos los denominaran “blocaos”, quedando su denominación coloquial de esta manera en vez de su denominación más militar, que sería la de “asentamientos o nidos de ametralladora”.

Vista de los nidos y parte de la trinchera del perímetro (Geoeuskadi, vuelo americano 1945/46).
El contexto en el que fueron construidas estas dos fortificaciones fue tras el fracaso de la ofensiva sobre Vitoria del Ejercito de Euzkadi el invierno de 1936–1937, cuando ambos bandos decidieron estabilizar y fortificar sus respectivos frentes y sectores, iniciando la construcción de diversas obras defensivas como la posición que nos ocupa, y que debió ser ejecutada por los zapadores del batallón de Ingenieros nº3 García Hernández. Dependiente del sector de Ubidea, aparte de los dos nidos, la posición contaba con parapeto, trinchera y línea de alambrada; enlazando por trinchera por su derecha hacia el monte Oqueta y por la izquierda con la posición del monte Mendigain, desde donde la línea continuaba hasta los montes Pagochiqui y Albertia. El frente de Álava, bajo el mando del comandante de la Guardia de Asalto Gabriel Aizpuru, estuvo estabilizado desde el 24 de diciembre de 1936 hasta el 31 de marzo de 1937, jornada en la que el Ejército del general Mola inició la ofensiva sobre Vizcaya con el objeto de ocupar Bilbao.

La posición “Mateos” se encontraba entre los montes Oqueta y Mendigain (mapa, Raúl Lozano para “Saibigain, el monte de la sangre”).
Como podemos apreciar en el plano, las maniobras de ataque de las Brigadas de Navarra no afectaron a la posición “Mateos”, concentrándose las operaciones ofensivas de la 4ª Brigada sobre los montes Albertia, Maroto y Jarindo, para posteriormente evolucionar hacia Ochandiano (Otxandio) y el monte Mochotegi, cortando de este modo las tres carreteras que comunican Villarreal con las localidades de Aramayona (Aramaio), Ochandiano y Ubidea. La construcción de los nidos finalizó apenas veinte días antes del inicio de la ofensiva, pero en ningún momento fue atacada entre los días 31 de marzo y 4 de abril, jornada en que tuvo que ser abandonada ante el peligro de ser envuelta tras ser tomado el monte Mochotegui por la Media Brigada África del comandante Esparza, y que amenazaba con llegar a Ubidea al día siguiente cortando la retirada de las posiciones Mendigain y Mateos; ello explica el buen estado de conservación que presentan los nidos (sin impactos de artillería, ni siquiera de metralla), cuya primera referencia la encontramos el 27 de febrero de 1937 en los informes que presentó en Vitoria el capitán de ingenieros Alejandro Goicoechea tras huir de Bilbao con la documentación no sólo del Cinturón de Hierro sino de la práctica totalidad de las posiciones construidas en el frente vasco(9).
La posición “Mateos” se diseñó con una doble función; de vigilancia y protección de las carreteras Villarreal–Ollerías–Ubidea y la de Ollerías–Echagüen. Al inicio de la ofensiva la línea Mateos–Mendigain estaba defendida por el batallón nº32 UGT nº5 “Madrid”, con cuartel en la universidad de Deusto y al mando del comandante Gregorio Álvarez Rasines, figurando como comandante intendente el conocido dirigente socialista Ramón Rubial Cavia. El "Madrid" compartía sector con los batallones nº 51 CNT nº5 “Durruti” y el nº5 “UHP”, que defendían los montes Oqueta y Gorbea, y entre estos y Ventas de Ubidea se situaba el batallón nº59 “Rebelión de la Sal”. Además de estas unidades, en el sector también se encontraba el batallón nº9 UGT nº1 "Fulgencio Mateos" –que trasladó una compañía al monte Jarindo y otra al Albertia–, un destacamento del Cuerpo Disciplinario en labores de construcción de una carretera que debía unir Ubidea y los embalses, defendidos por el nº47 UGT nº7(10). Otras unidades se distribuían por la línea como la 1ª Compañía Amaya del batallón de ametralladoras Ariztimuño, la 1ª Compañía del batallón MAI “Irrintzi”, una sección de caballería, una sección de la 4ª Compañía de Autos Blindados, una sección de enlaces y transmisiones, una batería de cañones Krupp de 77 mm. y una batería de cañones rusos de 76,2 mm. La segunda línea del sector iba desde las estribaciones del Mochotegui hasta el monte Sisquino, estando sin fortificar entre Oqueta y Gonga. El sector dependiente de Ubidea contaba con servicio de intendencia, parque de ingenieros, parque de municionamiento, una sección móvil y de municionamiento a lomo, un hospital de sangre, un hospital de enfermos, una delegación de transportes, un herrador y un veterinario con residencia en Ochandiano(11).
Según los partes de operaciones de la IV Brigada de Navarra, a las 18:30 del 4 de abril fue asegurado el monte Mochotegui pero no la carretera de Ubidea, circunstancia que facilitó al batallón “Madrid” retirarse de forma ordenada hacía el puerto de Barazar, tras haber contemplado durante cinco días, desde su recién estrenada posición defensiva, como se desmoronaba el frente por su izquierda sin apenas pegar un tiro, pero dejándonos unos interesantes “grafitis” realizados en la cubierta y en el interior de los nidos por integrantes de una de sus cinco compañías(12).
Gracias a la colaboración y documentación aportada por nuestro amigo Andima Lopez de Larruzea, hemos podido poner nombre al capitán y ocho de los milicianos de la 4ª Compañía con sus respectivos números de identificación a excepción de uno, identificando a los que escribieron sus nombres o apellidos junto a otro de mujer, que creemos corresponde a algún familiar, novia o esposa de nuestros protagonistas que atendía al nombre de Katalina. Este trabajo de Andima le ha llevado mucho tiempo y múltiples gestiones y estamos muy orgullosos de que haya confiado en nosotros para compartirlo. Se trata de los siguientes:
- Capitán Aurelio Álvarez Manga. nº 36.646.
- Pablo Mendieta Onandia. nº 7.147.
- Pedro Lazcoz Maiza. nº 45.032.
- José Carbajo Rodríguez. nº 45.030.
- Fidel Fernández Zaramillo. nº 43.431.
- José Luis Garay Villate. nº 10.693.
- Felipe Olmedo Torres. nº 4.997.
- Ramón Diego Sancho. X
- José Sánchez Torres. nº 9.487.
Todos ellos sobrevivieron a la caída de Bilbao como se documenta en la nómina de la segunda quincena del mes de julio de 1937, excepto Fidel Fernández, que ya no figura en el batallón a partir de la primera quincena de julio, desconociéndose las circunstancias, pues no figura en los listados de bajas recogidas durante la contienda. Sin embargo, sí constan como fallecidos otros dos miembros del batallón, siendo las dos únicas bajas mortales de toda la ofensiva que tuvo el “Madrid” según la documentación oficial (que es a todas luces incompleta): Eugenio Blasco Salas, fallecido el día 31 de marzo en el hospital de Ubidea, y Fermín Sánchez Ispierto el día 1 de abril en el de Durango. Como anécdota, decir que el batallón contaba con un miembro de nacionalidad eslovena perteneciente a la compañía de ametralladoras, llamado Demeter Zunkovic y con número de identificación 15.612, al que apodaban “El checo”, y que posiblemente también estuviese en aquellos nidos de Ollerías, aunque no escribiese en ellos el 10 de marzo de 1937(13).
Remitimos a los lectores de nuestro blog a una próxima entrada tras la visita que haremos a estos fortines con nuestros amigos de “Errementari” en un par de meses.

Blocao nº1. Inscripción con el nombre femenino de Katalina (Sancho de Beurko Elkartea).

Blocao nº1. Inscripción con el nombre de Pablo Mendieta (Sancho de Beurko Elkartea)


Fotografía de Pablo Mendieta Onandia tomada en la cárcel de Vitoria, donde cumplía condena de seis años de prisión por auxilio a la rebelión. Nació en Lekeitio el 8 de marzo de 1917 y falleció el 7 de septiembre del 2000 (Cortesía de Andima López de Larruzea).

Interior del blocao nº2. Inscripción con el nombre del miliciano Ramón Diego Sancho.
Notas
(1) Se trataba del frente estabilizado que defendía el Ejército Vasco en el norte de Araba al terminar la batalla de Villarreal y era conocido como Frente de Álava. Ya no se movería hasta la ofensiva de Mola del 31 de marzo de 1937.
(2) Véase Josu M Aguirregabiria y Guillermo Tabernilla, El frente de Álava, 1ª Parte, del 18 de julio a vísperas de la batalla de Villarreal, Ediciones Beta, Bilbao, 2006.
(3) www.cinturondehierro.net
(4) Véase Irene Monllor López: “Investigación de los grafitis realizados durante la Guerra Civil y la posguerra española. Aplicación de una propuesta de estudio a un caso concreto ubicado en la zona de Plana Baixa (Castelló)” en La Linde nº1 (2013) en http://lalindearqueologia.com/graffiti-guerra-civil/
(5) El trabajo de la Asociación Sancho de Beurko sobre el frente de Álava se ha plasmado en dos libros de Josu M Aguirregabiria (el ya citado y La batalla de Villarreal de Álava: ofensiva sobre Vitoria y Miranda de Ebro, noviembre y diciembre de 1936, Ediciones beta, Bilbao, 2015) y varios artículos, siendo el último de ellos el publicado por José Ángel Brena Alonso: “Los muros de hormigón aspillerados” en Saibigain nº4 (2017).
(6) Véase el “Fighting Basques Project” en www.fightingbasques.net
(7) José Ángel Brena Alonso: “Los muros de hormigón aspillerados”, opus cit.
(8) Se trata del principio de flanqueo.
(9) Documentación del AGM de Ávila aportada para este trabajo por José Ángel Brena.
(10) Véase Guillermo Tabernilla y Julen Lezamiz, El Cuerpo Disciplinario de Euzkadi, Asociación Sancho de Beurko, Bilbao, 2004.
(11) Véase Guillermo Tabernilla y Julen Lezamiz, Saibigain, el monte de la sangre, Asociación Sancho de Beurko, Bilbao, 2002.
(12) Documentación aportada por los autores del AGM de Ávila.
(13) Las nóminas del Ejército Vasco están disponibles para los investigadores en el Archivo Histórico de Euskadi.