Alfredo Pérez Tremiño
El pasado lunes 14 de noviembre fallecía en su localidad natal de Arrasate, Miguel Echaguibel Urizar, último de los componentes de la Policía Militar de Euzkadi, conocida posteriormente como Ertzaña.
Echaguibel formó parte de la primera y de la quinta compañía de esta organización, participando en los sucesos finales de la toma de Bilbao en la que un gran número de miembros de Ertzaña fueron apresados por las tropas del General Franco.
La Ertzaña había nacido a consecuencia de los acontecimientos. El 7 de octubre de 1936 la Gaceta de Madrid publicaba en su número 281 el Estatuto de Autonomía del País Vasco, texto aprobado días antes por las Cortes de la República.
Dentro de su artículo Nº 5 figuraba como una de las competencias del futuro Gobierno Vasco la responsabilidad en materia de orden público.
El mismo día 7 de octubre de 1936 el primer Lehendakari de un gobierno autónomo vasco tomaba posesión de su cargo en la Casa de Juntas de Gernika frente a un nutrido grupo de representantes municipales venidos desde las diferentes provincias de la comunidad, si bien la mayor parte del territorio, salvo Bizkaia, estaba en poder del Ejército rebelde.
Este primer gobierno lo forman representantes de todos los partidos afines a la República, recayendo la responsabilidad del Departamento de Gobernación sobre el nacionalista Telesforo de Monzón y Ortíz de Urruela, responsable de esta cartera hasta el final de la contienda civil y artífice de algunas de las organizaciones policiales creadas en este periodo de la historia de Euzkadi.
Una de las principales prioridades de este primer ejecutivo es la imagen que pudiera derivarse del territorio vasco en materia de orden público. Con una población en gran parte católica y teniendo en cuenta los desmanes que se producen contra el clero en otras partes del estado, este primer ejecutivo se centra en que la paz social no se vea perturbada por otros acontecimientos que no sean los propios derivados del devenir de la guerra.
En fechas anteriores a estos acontecimientos, un nutrido grupo de cónsules afincados en la provincia de Bizkaia solicitan la creación de una “Zona Internacional” donde se pudieran instalar las delegaciones asentadas en esta provincia. El motivo de tal solicitud es intentar alejar lo más posible al cuerpo consular de los rigores bélicos, creándose una zona que pudiera ser respetada por todos los contendientes de la guerra.
A partir del 21 de septiembre de 1936 un grupo de 80 personas con la denominación de “Vigilantes de la Zona Internacional” comienzan a desempeñar funciones de seguridad en la recién bautizada “Zona Internacional” ubicada esta dentro del municipio de Getxo junto al Muelle de Las Arenas.
Estos primeros 80 vigilantes componen el primer embrión de lo que posteriormente se conocerá como Ertzaña, si bien la primitiva denominación cambiará a la de Policía Militar de Euzkadi en fechas posteriores, unificándose con el nombre de Ertzaña cuando esta nueva organización se va consolidando. La primera sede o cuartel de estos primeros agentes es el Club Marítimo del Abra.
Ese 21 de septiembre puede considerarse la fecha oficial del nacimiento de lo que sería la Ertzaña, una policía a la que se la puede observar días después realizando funciones de seguridad en los actos de toma de posesión del Lehendakari José Antonio de Aguirre y Lekube en Gernika, un grupo de 11 agentes de altura considerable que rodea al nuevo ejecutivo vasco y que son inmortalizados para la historia en esa fecha tan emblemática. Un día después de ese acto (8 de octubre de 1936), los mismos agentes aparecen detrás del ejecutivo vasco durante el desfile del ejército regular ante José Antonio Aguirre en la Gran Vía bilbaína.
La uniformidad elegida para distinguir a sus miembros se compone de camisa de color kaki, pantalón de mil rayas y abarcas. Sobre el pecho izquierdo, un escudo rectangular de fondo verde con las letras P.M. en rojo, en un principio, siendo posteriormente sustituidas estas letras por la E capitular del diario nacionalista Euzkadi. Esta uniformidad cambia de forma notable cuando varias compañías de la organización son trasladadas al frente. Los miembros portan prendas de abrigo, manteniendo como prenda identificativa un pequeño gorro, tipo cuartelero, con un escudo metálico del Gobierno Vasco en su parte frontal.
En invierno, un abrigo de color oscuro completaba la uniformidad.
Este primer contingente está compuesto por afiliados y simpatizantes del Partido Nacionalista Vasco, recayendo su mando sobre Luís de Ortuzar Peñéñori, nombrado Comandante de la Guardia de la zona Internacional al poco de formarse esta, aunque en las primeras imágenes tomadas a este grupo de agentes, Ortuzar aparece portando las estrellas de Capitán.
El 1 de octubre de 1936 un nuevo contingente formado por 50 personas se incorpora a la “Policía Militar de Euzkadi”. Su destino será Bilbao, ubicándose su cuartel en los Agustinos de la capital vizcaína.
La formación crece de manera rápida. Unos días después de la toma de posesión del Lehendakari Aguirre, la Ertzaña cuenta con más de 300 miembros, continuando su crecimiento hasta componer un total cercano a los 1.000 agentes, repartidos en cinco compañías al final de la contienda civil.
Durante el mes de diciembre de 1936 las autoridades realizan un llamamiento público a todos aquellos que están interesados en formar parte de la Ertzaña. Los requisitos serán tener entre 19 a 35 años, 1,75 de altura y conocer el euskera. Los aspirantes se comprometían a están en esta unidad al menos seis meses.
Desde el primer momento su organización mantiene una jerarquía militar. A parte del citado Luis Ortuzar Peñeñori, Comandante de la organización, el resto de mandos lo componen los capitanes Luciano Ocerin Egurrola, Alberto Losada Moya, Lorenzo Galarza Ochoa de Alaiza, José Pedro de Irureta Landa y Gregorio Arana Urquiaga.
El Comandante Ortuzar es nombrado el 3 de octubre de 1936 Inspector General de Orden Público, sin embargo, es cesado del cargo el 19 de noviembre del mismo año, nombrando como nuevo jefe de esta nueva organización a Saturnino Bengoa Muruzabal, antiguo Teniente Coronel de la Guardia Civil.
El motivo del cese de Ortuzar es la detención de su suegro, Wihelm Wakonigg, cónsul de Alemania, en el momento de embarcarse en un buque británico portando documentación sensible. Wakonigg será juzgado, condenado por espía y fusilado al poco tiempo en las tapias del cementerio de Derio. A raíz de este incidente, Ortuzar dejará para siempre el trabajo en la Ertzaña siéndole asignada otras funciones dependientes del Gobierno de Euzkadi, estas en el extranjero.
Los dos primeros muertos de la Ertzaña durante la contienda civil se producen como consecuencia del bombardeo sufrido por la localidad de Getxo el 21 de octubre de 1936. Los Ertzañas Jesús Ortuzar y José Luis Ibáñez fallecen víctimas de las heridas sufridas tras el impacto de varias bombas en la zona denominada “Internacional”.
Los primeros días del mes de noviembre de 1936 la compañía de Luciano Ocerin es destacada al frente de batalla en la localidad de Eibar. A finales de este mes, la tercera compañía relevará a la de Ocerin en esta zona, falleciendo durante los meses posteriores varios Ertzañas a consecuencia de los combates en el frente de batalla. A parte de esta zona de combate, la Ertzaña se desplegó en el frente del Gorbeia o participó en el contraataque contras las tropas nacionales en Artxanda el 17 de junio de 1937, pocos días antes de la caída de Bilbao.
Entre las personas que compusieron esta organización se encontraban los sacerdotes Miguel Cañizal del Arco y Jose María Dañobeitia Arruza, ambos encargados del auxilio espiritual de los combatientes, así como el reconocido bertzolari Ignacio Eizmendi Manterola, más conocido como Basarri. Otro gran número de Ertzañas tuvieron un papel relevante tanto durante la contienda civil como en el exilio. Diversos miembros de la organización ocuparon puestos relevantes de mando en otras secciones militares durante la guerra, continuando la lucha contra el fascismo dentro de la resistencia francesa durante la segunda guerra mundial.
La Ertzaña fue la que organizó las labores de evacuación de gran número de niños que partieron hacia el exilio desde el puerto de Santurtzi. Tuvieron otras actuaciones como fue la toma al asalto de dos buques de la armada republicana por su notoria falta de diligencia y profesionalidad en las labores propias para las que estaban asignados durante la contienda.
Sin embargo, también fue duramente criticada por no haber evitado las matanzas de presos de ideología derechista a manos de varias unidades armadas de tendencia izquierdista, tras sufrir Bilbao y los pueblos de su entorno un duro bombardeo el 4 de enero de 1937. Varias cárceles así como buques prisión fueron asaltados en represalia por el bombardeo, siendo asesinados a sangre fría cerca de 300 presos encarcelados en estos lugares.
A la finalización de la guerra y tras la toma de Bilbao, la mayor parte de los Ertzañas caen presos del bando sublevado, logrando escapar solo una pequeña parte de los mismos entre los que se encontraban varios mandos.
Muchos de estos presos pasaron varios años en campos de trabajo forzados a lo largo de toda la península, siendo liberados en provincias tan alejadas del territorio vasco como Melilla o Valencia.
Solamente unos pocos meses después de que se reconociera en el último agente vivo la labor realizada por la Ertzaña durante la guerra civil, este fallecía a la edad de 97 años. Miguel Echaguibel fue uno de los cerca de 1.000 miembros que formaron esta organización durante la Guerra Civil, viviendo en primera persona los acontecimientos bélicos que vivió Euskadi durante este periodo de su historia.
Echaguibel entró en la Ertzaña en febrero de 1937 tras huir de Gipuzkoa del avance de las tropas insurrectas. El 28 de este mes se integra en la primera compañía denominada “José Luis Ibañez”, acantonada en el Cuartel Bidarte. El mes de abril de 1937 es trasladado a la quinta compañía, sección donde finalizará su experiencia bélica tras ser detenido por las tropas nacionales tras la toma de Bilbao en junio de 1937.
Sirva este pequeño artículo para rendir un sincero homenaje a todos los componentes que en el pasado formaron parte de esta organización.